El vampiro


Hola gente, lo que les voy a narrar, es algo verídico, que por eso de proteger al inocente (en este caso yo) cambié los nombres de las personas involucradas.

Todo comenzó hace algunos meses a tras, y como le dije al Licenciado XXX que me facilitó este medio para expresarme, a mi nunca me había pasado nada parecido.

Resulta que soy Visitador Médico, o sea trabajo para una empresa que produce determinadas marcas de medicamentos, por lo que a diario me relaciono con muchos Doctores, Enfermeras, Secretarias y Recepcionistas. Pues bien como parte de mi trabajo diariamente visitó gran cantidad de consultorios médicos, y en una de esas visitas conocí a una recepcionista de nombre vamos a decir que Johana (se lee Yojana), muy sería, pero toda una hembra. En infinidad de ocasiones la había invitado a salir, pero siempre se negaba con algún tipo de excusa. Y no soy un mal partido, ya entre a los treinta tengo casa y carro propio, soltero, sin hijos ni perro que me ladre, alto, moreno, hago ejercicios tres veces en semana, me mantengo en excelente condición física, tengo la nariz ligeramente grande (narizón) y con una frente sumamente despejada, (por no decir calvo).

La pasada semana, la empresa farmacéutica para la cual trabajo, dio una cena que denominó Noche de Logros, donde se premió como elemento motivador a los que más producimos, sin modestia les digo yo me llevé todos los premios menos el de la mejor productora, ya que ese solo participan mujeres. Después de la cena y el jolgorio, que se realizó en el Hotel el Convento del Viejo San Juan, al terminar la actividad nos quedamos en la barra del Bar del Hotel unos compañeros y yo, teníamos como una media hora discutiendo pendejadas cuando vi pasar en dirección al baño de damas a Johana, como siempre elegantemente vestida, con traje de color negro de esa tela elástica que se adhería a la piel de ella como una segunda piel, dicho traje resaltaba lo blanco de su piel, con los hombros al aire, y le llegaba un poco más abajo de las nalgas, esos trajes que las chicas usan que dan dos pasos y el tercero se paran para estirar el vestido para abajo, espero que me entiendan. Johana siempre luce una frondosa melena rubia la cual combina con sus hermosos almendrados ojos de color verde, el rostro de un ángel en pocas palabras, y su cuerpo no se queda a tras sus senos casi se puede decir que se le salían del traje, un vientre plano, sus nalgas imponentes, y un buen par de muslos, en fin un sueño de mujer, en cierto momento pensé que era una ilusión, o que quisas la había confundido con otra mujer, por lo que me separé del grupo y me dirigí al área de los baños, esperé por unos minutos y de inmediato salió ella en compañía de dos mujeres algo mayores que ella, al verme se sorprendió y prácticamente la detuve para hablar con migo, su vos es algo mas gruesa que el común de las mujeres, me recordaba la vos de esa gran artista mejicana María Felix La Doña. Sus amigas continuaron caminando mientras que los dos charlamos por unos minutos, nos despedimos me dirigí a la barra y mis compañeros de farra me preguntaron por ella, se volcaron en alagos hacía ella y no falto quien me preguntara si salía o que si lo hacñia bien en la cama, yo les aclaré que solo era una conocida recepcionista de un Medico Cirujano Plástico, al cual yo visitaba para llevarle muestras de lo ultimo en el mercado de la medicina, luego uno de mis compañeros comentó, que el conoció una vez a una mujer con un cuerpo como el de Johana pero que resulto ser un transformista, y que terminó en la Jefatura de Policía por que cuando se dio cuenta de que era un hombre, le entró a golpes de lo furioso que estaba por el engaño que había sufrido, despues de ese desagradable comentario me despedí del grupo, y ya me marchaba, cuando en la entrada del Hotel se encontraba ella, sus compañeras la habían dejado, quisas pensaron que se había quedado con migo. Al verla me alegre, y decidí ofrecerle mi compañía ya que indirectamente fui el responsable de que la dejaran. Johana aceptó de inmediato, no se hiso de rogar para nada, una vez en mí auto, la invité a una discoteca, y ella volvió a aceptar, nos dirigimos a un local cercano al Hotel, el cual se encontraba de moda en esos momentos, a la entrada se encontraban dos Guardias de Seguridad, los cuales impedían el paso de los adolescentes curiosos. Al vernos de inmediato nos dieron paso, ya dentro de la disco bebimos, hablamos de todo un poco, mientras ganaba su confianza, luego comenzamos a bailar como hasta las tres de la mañana, al principio nos comportamos muy secos, pero lentamente el ambiente se fue poniendo caliente a nuestro alrededor, lo que fue disminuyendo nuestras inhibiciones, lentamente mientras bailavamos mis manos fueron conociendo su bello cuerpo, y mis labios hicieron contacto con los de ella. Al final cuando digo que bailamos es que nos falto poco, para quitarnos la ropa y acostarnos sobre uno de los asientos de la disco, Johana me pegaba sus nalgas contra mis muslos una y otra vez, al parecer el ambiente, la música y el alcohol la des-inhibieron, al grado que en varias ocasiones ella daba la impresión de que se encontraba a punto de quitarse la ropa mientras bailaba, o nos restregamos el uno contra el otro, de forma ardiente, tanto que los demás clientes nos hacían rueda para vernos bailar. Ya a eso de las tres de la mañana, ella me dijo sentirse mareada, que por favor la llevase a su casa, en el camino luego que me dio la dirección, con la mejor intención le señalé que mi casa se encontraba mucho más cerca, que si lo prefería podíamos pasar primero por mi casa y de hay llamar a sus padres mientras descansaba, fue cuando me dijo que ella vivía sola, por lo que no era necesario llamar a nadie, dicha respuesta yo la tomé como un si. Mientras conducía a mi casa ella se recostó sobre mi, por suerte ese día conducía mi Mercury Gran Marques el cual es bien grande y espacioso por dentro, sin decir nada Johana colocó su bello rostro sobre mi muslo derecho, y en cuestión de segundos mi miembro se puso erecto, lo que para mi al principio fue algo incomodo y hasta molestó, ella se dio cuenta de ello y sin decir nada luego de echarme una picara mirada, me bajó la cremallera del pantalón metió su pequeña mano a tra vez de mi interior hasta mi pene, lo tomó con suavidad y lo sacó, en esos momentos yo conducía muy lentamente como a unas 5 millas por hora, ella sin más preámbulos se lo introdujo dentro de su boca, en esos momentos nos encontrábamos por la Avenida Ponce de León, debido a lo excitado que me encontraba, me detuve frente al edificio Torre de la Reina, Johana me fue chupando desde el glande hasta la totalidad de mi falo que desaparecía dentro de su boca, una y otra vez, al tiempo que mis manos buscaron sus senos para acariciarlos, hasta que se cambió de posición, yo fui pasando mi mano por el resto de su cuerpo hasta donde físicamente me era posible, ella se encontraba totalmente boca abajo, sus nalgas se encontraban duras llenas de vida, pero debí de dejar de acariciarla ya que en ese momento me hiso acabar dentro de su boca, yo instintivamente pensé en darle mi pañuelo para que se limpiara pero ella de manera muy seductora, despues de chuparse hasta la ultima gota se pasó el dedo indice por sus labios y luego de limpiarse algo del semen que le quedó sobre sus labios, se metio el dedo en su boca y se lo chupo completamente. Terminada la mamada me disponía ha arrancar mi auto cuando me percaté que habíamos tenido un público cautivo, compuesto por un guardia privado del edificio, un de ambulante o pordiosero y un viejo vendedor de periódicos, los tres tenían sus rostros pegados al cristal de mi auto por lo que de inmediato arranqué, mientras conducía mire por el espejo retrovisor y en los tres, observe una mirada de envidia, mientras que el guardia tomaba su macana y gesticulando con ella frente a su boca debió decirles algo a los otros dos. Por un momento tanto ella como yo nos mantuvimos en silencio, quisas algo avergonzados, pero de inmediato estallamos en carcajadas. Al llegar a mi casa, de inmediato nos dirigimos a mi dormitorio, donde tengo una cama de agua tamaño gigante, los dos nos tiramos con todo y ropa a la cama donde continuamos besandonos, y acariciando nuestros cuerpos. Lentamente ella me fue desabrochando los botones de mi camisa, mientras que yo, ya le había bajado parte de su vestido, algo más abajo de sus hermosos y bien parados senos los cuales fueron besados, lamidos y chupados una y otra vez por mi boca. Mis manos fueron acariciando su bello cuerpo, hasta que llegué a la altura de su coño, me sorprendió tocar algo casi solido, pero en ese momento ella se volteo y se subió la parte inferior de sus vestido hasta su cintura, dejandome sus bellas nalgas ante mi vista, Johana me dijo dame por de tras, que en este momento me esta bajando la regla, debido a lo excitado que me encontraba no pensé en lo que me dijo y acto seguido saqué mi verga y se la introduje dentro de su culo, no se en que tiempo pero ella se había bajado el tanga de color negro y puesto algo de vaselina en el culo por lo que la penetración fue rápida, y aparentemente sin dolor para ella, Johana se encontraba en cuatro y yo como un jinete sobre las nalgas de ella, le dí una y otra vez hasta que de repente me asaltó la idea, de que posiblemente le estaba dando a un hombre por el culo. Debido al comentario que me hiso de su regla, ya que según tengo entendido es la excusa preferida de los transexuales, para que los incautos le den por de tras y no piensen en un coño todo lleno de sangre. Eso como que me turbó por un momento, pero ese culo se movía de forma casi mágica, mi verga aunque yo no hubiese querido permanecía dura como un tronco, mi curiosidad me llevó a querer agarrarle el coño, pero no ella no me dejo, ya estaba convencido de que esa magnifica enculada que le estaba dando a ¨ella¨, realmente era a un el, pero como les dije eso no me enfrió, yo continué hasta que de mi nuevamente brotó un chorro de leche que se perdió dentro del culo de ¨ella¨.

Una vez que terminamos quedamos los dos exhaustos, y me dormí sobre su cuerpo, durante el tiempo que permanecí dormido tuve una especie de pesadilla erótica, de la cual me desperté sobre saltado, soñé que le daba por de tras a una hermosa y joven mujer, la cual sin aviso alguno se convertía en un viejo maricón sin dientes, de mi pueblo el cual se vestía de mujer y buscaba clientes en la plaza. Al yo despertar ya Johana no se encontraba en la cama, y comencé a levantarme, pensando que haría la próxima vez que le viera, le daría una pela por engañarme, o hacerme el pendejo y no volver más a ese consultorio, en fin estaba hecho un lío en mi mente, entré al baño me despoje del resto de la ropa que aun cargaba puesta, me di una buena ducha y cuando salí de la ducha, recien me había puesto una toalla alrededor de mi cintura. Ahy se encontraba ella con una camisa mía puesta como única ropa, y una taza de café entre sus manos, nada en su rostro había cambiado hasta se veía más seductora vestida de esa manera, su voz continuaba sonando tan sensual como siempre, pero ella me estaba hablando y yo no le ponía atención, en mi mente pasaba la idea de simplemente desaparecer, hasta que su mano señaló mi cama estaba toda llena de una gran mancha oscura, la cual no vi al levantarme por estar tapada con parte del cubre cama, en ese momento fue cuando le puse atención a lo que me decía, se estaba disculpando debido a que cuando se quedó dormida la toalla sanitaría se le quedó pegada en el tanga y al no colocarla de nuevo, continuó reglando y mancho la cama, por un momento me quede perplejo, luego me le acerqué y le dí un gran beso con lengua y todo, la tasa calló al piso, yo la llevé de nuevo a la cama, y rápidamente la tiré en ella, subí la camisa y hay se encontraba el más bello coño que yo en vida hubiese visto sin decir nada mi boca se colocó sobre su pelado coño y mi lengua buscó su clítoris su olor y sabor eran especial, le di una clase de mamada como nunca se la habrían dado, con todo y regla de lo feliz que me encontraba, de que realmente fuera una mujer, ella debió tener un sin numero de orgasmos, después de la mamada me quite la toalla y nuevamente volvimos a disfrutar el uno del otro, al terminar cuando me dirigía al baño vi mi rostro en el espejo, y una bella y hermosa mancha de sangre decoraba mi cara, cualquiera que me viera pensaría que o sufrí un accidente o que era un vampiro después de su cena.

Johana y yo continuamos saliendo, de echo hemos formalizado nuestra relación, y próximamente nos casaremos, pero cuando le conté lo que yo había pensado esa noche ella no paró de reír, y se lo cuenta siempre a sus amigas, las cuales me han puesto el apodo del Vampiro, y en ocasiones ella me dice que quiere que el Vampiro la visite nuevamente, en especial en esos días del mes.

Una respuesta a “El vampiro

Deja un comentario